Precioso restaurante situado en una casita de pueblo reformada, decorado conservando algunos detalles arquitectonicos originales pero centrándose en la modernidad y la vanguardia. Podemos probar el bacalao confitado con crema de zanahoria y salsa de tinta de chipirones o la tarrina de espinacas con palmitos y salsa de albahaca.Tambien podemos hacer referencia a unos postres deliciosos.
Hacen menús de grupos y hay salones separados para diez hasta veinte comensales.
Por las noches abren los jueves y viernes.